domingo, 25 de diciembre de 2011

La sed


A veces la sed

en su retorno estacional

causa fuegos de graves soles

y es lo único que me inunda.

Conocer la orografía del mundo

no hizo que por fin encontrara

esa fuente que buscaron mis faltas.


Los sonidos, constantes,

son más de lo que aquellos,

titanes fuertes y saciados,

intuyen poder tejer.


Por eso, marea tras marea,

el vientre marino es siempre

sereno y anónimo en su lento

sueño.


Si la visión vagara amable

cuando es reflejo tras el ojo

jamás cortaría a este corazón

que tan bien supo sentir

lo que otorgan sus fieles

y óbices

consecuencias.

...

1 comentario:

  1. Simplemente precioso... y harto desconcertante. Deja un resuello como a brújula extraviada, a fuerza por encima de la razón. Y eso me gusta, doquiera conduzca.

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