viernes, 20 de mayo de 2011


Trazas espirales en mi memoria robando la identidad de las estrellas. Todo verdadero, todo en silencio, pero profundo en tí, como el vuelo de la golondrina que recuerda siempre regresar a su morada. Es tu presencia lo que palpita en mis versos ésta noche, cortados de deseo por sentirte entre tu pluma y mi corazón.
El día que faltes en mí los planetas girarán por rutina, desquiciados de dolor. Las arengas del héroe serán preciosos sueños del pasado, pues la copa vacía será la obsesión que me llevará a la última frontera. Nunca más ser esencia en tu cielo, estallado en aquellas bóvedas luminosas que me llevaron entre aire caliente hacia tus besos. Puedo recordar lo que será tu ausencia si te marchas, deteniendo el instante de la servidumbre lacrimosa. Por eso, espiral, vuelve a mí, para que tú, lo más valioso que tengo, no olvides nunca que tu nombre es amor.

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