jueves, 19 de mayo de 2011


Maravillado por un recuerdo cristalino se posó frente al espejo. Contemplaba un horizonte por llegar, una promesa de adelantado descubrimiento.

Cuando forjó el acero de sus pasos descubrió la otra cara de la luna, un grito al sinónimo de sí mismo. El cuero de su piel era una broma de circo, se dijo mientras imitaba su aliento gemelo. “Soy todo aquello que he modelado, soy como una adivinanza del porvenir, rumiada entre los labios, antes de precipitar su desenlace.”

Y rió animalmente, con ese sonido sin identificar que tan poca gracia hizo a Alicia. “Cuando vuelva seré más sereno, más maduro, más adulto…menos yo.” Y volvió a dormir en su ingenuidad, loco por desear lo innecesario.

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