No leas las palabras que
aquí yacen
si sobre el origen de esta
aldea
no quieres saber, pues
su historia trae ecos de
hierro
en canción de sombra y
viento.
El exterminio desató la
huida,
mas sobre su piel
desgarrada
dibujamos infinitas rutas
nuevas
hacia un futuro
prometedor.
Pisa suave esta tierra,
caminante
pues sagrada es su piel.
Las hojas verdes que hoy
ves
fruto son de nuestras
almas,
las lágrimas y el sudor
las regaron
abriéndose por el sol de
la esperanza.
Si no ves tristeza ya en
nuestros rostros
que miran orgullosos hacia
el mundo
es porque unidos todo lo
dimos
por vivir un nuevo
renacer.
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