Este es el cartel de una película con alma, con el reflejo de mil espejos, repleta de posibilidades.
Pero también es el cartel de mi gran decepción. Pudo ser todo: una obra para recordar, la belleza de unir sentimientos, imagen, creatividad, lírica e imaginación. No supieron elevar todo esto sobre el pedestal donde podría haber lucido. Solo los efectos especiales y la idea base cumplen de sobra.
Mi gran decepción. Porque el cine español necesita de esta fantasía oscura. Bien aprovechada, habría sido un árbol de bellos frutos, tal como intentaron que naciera.
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