Contén el aliento.
“Como lobos,
ellos lo hicieron”.
No, nunca como lobos,
dije yo.
Camina frente a frente,
y como cuento invertido
no temas
y corre a su encuentro.
Porque la sangre que derraman
bendice esta tierra
en un ritual sagrado que hace tiritar
las noches de España.
Pero tú no, cazador,
como un lobo no podrías.
Solo eres juego de trofeo,
un triste tirador de ofensas
a este mundo indomable.
Y desde que comenzaste
este óbito forzado
ya eras el perdedor.
Baja el arma y, si eres valiente,
contempla mil años de belleza.
Dime qué mortaja merecen
sus siluetas enamoradas de luna
derramándose como fuegos fatuos
en las arterias de Asturias.
Mi corazón late a su lado.
Dime ahora, lector,
a qué colmillo darás tu lucha,
al depredador abrazado de luna
o al genuino infiel armado.
Si, como yo, has comprendido,
contén el aliento,
camina frente a frente,
y corre hacia ellos.